martes, 24 de enero de 2012

El 2011: El inicio del desnudo de la fantasía

“La multitud descomunal y subterránea, abate en oleaje su ímpetu de serpiente

y ataca su fantasma y su palabra, como un toro la estrella ensangrentada”.

Gran Marcha Heroica. Pablo de Rokha.

Después de finalizado el año, con la decadencia implícita de la clase política, su orquesta de los consensos y su demagogia de la democracia, parece ser que la figura paterna autoritaria del estado se ve presionada por una subversión molesta y ruidosa para el discurso del estado de derecho y sus pajas. Desde sus acólitos más fieles, sus defensores verborreicos, para sus justificadores y racionalizadores de la ficción, este ha sido un año para el suicidio y para la humillación.

Los moralistas y su pico en la vagina con el matrimonio; los papistas y la caída del mito de la vida ascética; religiosos y cómplices de la superioridad divina; los veneradores de santa Pinochet y de la santa inquisición española; los señoritos de la economía de la católica y sus modelitos para jugar Gran Santiago; los monopolistas del olor a sobaco que inundan el bendito mercado con sus fármacos, pollos y créditos; los mandamases de las empresas trans y nacionales, y los asados bonachones en casa piedra; los mercaderes sagrados de la salud, la vida y la vejez; la polar y el desnudo obsceno de las cadenas de la esclavitud crediticia; los bulldozers y dólares fagocitadores de la Patagonia; los tribunales de la farsa y el montaje; los caza delincuentes de la rapiña y la corbata; los soldaditos de verde y su complejo de mal sexo; la termomuerte y su oscura forma; el ejército de los capataces del nunca acabar, todxs interpeladxs, todxs desorientadxs, todxs lanzadxs a la histeria circense, al climax de la guerra civil.

Parece que sin darnos cuenta, transitamos al espacio de la fantasía. Ese mundo paradisiaco del subrealismo mágico bananero neoliberal. Con esa democracia carcelaria, abandonada a la decadencia a la que es sometida en la rancia boca y lengua de un Hinzpeter, de un grotesco Chadwick o como juguete del narcisista niño presidente, siendo uno de los eslóganes que acompañan el desborde del hocico estatal. Pero no es tan solo una falla retórica o una falta en el discurso, o el adiós al significante “democrático” lo que acompañó el transcurso del presente año. Fue además el encuentro de un conjunto de sujetos, sujetos hoy a una envolvente temporalidad de desigualdad, inequidad, precariedad y cuanta “dad” puede haber para dar cuenta de la cagada a la que se nos tenía acostumbrados en el transcurso plano de los días. En un espacio concreto, de tanta “dad”, y a la vez imaginario, que era inspirado por la necesidad de subvertir lo existente, en su existencia ridícula, molesta, provocadoramente cotidiana, y en la indignación ante su apariencia fatal de inacabable repetición, se desnudo la fantasía.

La psicosis del estado, su histeria, sus métodos de represión, sus lacrimógenas, sus desalojos, sus lápices firmando acuerdos, sus mesas de expertos de la gran puta, la militarización de lo urbano y la comunidad, su persecución de terroristas con el terror, sus leyes contra la ley, todos modelos de normalización, respuestas que tratan de repetir al compás de una sinfonía que ya nadie escucha, que nadie puede escuchar a riesgo de vomitar. El gobierno pretende hacer parecer que se pregunta cuasi-existencialmente “¿qué quieren ellos de mí?”, balbucean una respuesta cargada de adjetivos que solo parecen síntomas de una neurosis, mientras miran desconcertados las encuestas, a las gentes en las marchas, en los actos, en el plebiscito, etc., huérfanos en la decadencia de su imperio, la caída de su reino, atónitos, porque esto no se encontraba en las predicciones del oráculo de los Chicago Boys, como la atemorizante sombra de la crisis capitalista que todo lo cubre y todo lo ve, y eso parece ser inconcebible.

El autoritarismo del estado y su nula elasticidad se vuelven temas claves a seguir para entender a futuro (y en pasado) la lógica de las próximas protestas. Se ha levantado a la par de toda la blasfemia un movimiento o una movida, como quiera llamársele, que está impregnado de una verdad, de una sinceridad política. Un espacio que ha abierto el campo óptico, con cámaras, con ojos activos que reviven la realidad en su criminalidad y expresión más sádica, en el parto de una emancipación. Contradictoria definitivamente. El circo recién empieza. El 2012 espera a sus actores en el escenario. Espera a todxs quienes estén alegres de estar descontentxs de continuar desnudando y atravesando la fantasía, con capucha, creatividad y estilo.

lunes, 4 de julio de 2011

Por una refundación del movimiento sindical y obrero en Chile. Tras los pasos de don Clota

La bendita transición democrática, ha sido reutilizada, como andamiaje ideológico y elemento aleccionador de los sectores dominantes en Chile. Se convirtió en la fragancia que impregnó 20 años de experiencia sindical bajo la mirada complaciente y aprobatoria de una coalición de gobierno que direccionó/direcciona a partir de sus cuadros políticos el acontecer, y el desarrollo, cargado de mutismo, del movimiento sindical chileno.

Ha llegado así el tiempo de recriminar a quienes han portado los estandartes de la clase trabajadora, interpelarlos abiertamente e incitarlos a formar parte o ha excluirse de un cambio político, cultural, económico y social, en el cual los/as trabajadores/as deben ser parte esencial, y deben acompañar los procesos en que emergen en el día de hoy las contradicciones más profundamente palpables y a la vez profundas de este sistema de dominación. A esto es a lo que llamamos la Refundación del movimiento sindical y obrero en Chile.

Para comenzar este nuevo proceso de refundación reconstructiva de la acción sindical proponemos los siguientes desafíos:

1) la dictadura ya no puede ser evocada como la culpable de la situación actual de crisis del sindicalismo chileno. Suavizando el tema de crisis, en presencia de nuevas subjetividades y sindicalismos en Chile, debemos enfatizar que las transformaciones en la reestructuración productiva, la metamorfosis que sufrió el trabajo, la persecución, tortura y desaparición de los cuadros sindicales, etc., en el período de dictadura, ya no puede constituir la excusa de un sindicalismo anquilosado y nostálgico que busca resquicios históricos para justificar su inoperancia, su estática, su incapacidad y su política colaboracionista que solo ha generado desprestigio para la clase trabajadora, en pos de acuerdos mediocres y corporativos con empresarios y los gobiernos de la concertación. A la vez, los intelectuales orgánicos no pueden continuar con la misma línea argumentativa y recreativa del sindicalismo como víctima. Deben trasladarse al campo del presente histórico donde los/as trabajadores/as son actores y comenzar a desarrollar propuestas concretas más que diagnósticos pesimistas, cómplices e inmovilizadores de la acción político sindical, fundados en una estructura meta-histórica. el sindicalismo debe afrontar su realidad, la complejidad de su escenario, pero dejando el proceso de victimización traumático: es hora de atravesar su fantasía.

2) hay que clarificar para quién se trabaja: el sindicalismo chileno que dio paso a la transición, a partir de la CUT del 88, los acuerdos y apoyos a la concertación, a sus distintos candidatos, y a la composición partidaria de su comité directivo, doblego los intereses de los trabajadores/as en función de “proteger la democracia”. Esa joya de la democracia hoy tiene a los/as trabajadores/as con la misma institucionalidad en las relaciones laborales de la dictadura, e incluso se profundizó con las reformas en flexibilización del trabajo, la legalización del subcontrato, etc. El acuerdo y el apoyo de la CUT a los gobiernos y candidatos de la concertación se ha convertido en uno de los elementos nocivos para el desarrollo de un sindicalismo consecuente, autónomo e independiente de las variantes políticas pro-empresariales de la concertación. Por ello es necesario que en la actualidad estos “liderazgos” queden claros, sean desplazados y no conviertan nuevamente al sindicalismo en un instrumento de los partidos políticos que buscan relegitimarse haciendo pasarse por “amigos del pueblo”. Los trabajadores y las trabajadoras deben comenzar a confiar en sus propios métodos de acción, en sus propias medidas de protesta, en sus formas de lucha, así como en los demás actores postergados, explotados, segregados y marginados por el sistema capitalista, para conseguir, tanto los objetivos de corto alcance (cambios en la legislación laboral, por ejemplo), como en medidas que comprenden el escenario político en general (como el apoyo a los demás movimiento sociales, en la salud, educación, etc.) para cambios sociales estructurales.

3) los gestos declarativos ya solo son performances vacías y sin credibilidad: los métodos de la clase trabajadora han sido olvidados. Tapizados de discursos y declaraciones “anti-neoliberales”, lo que en la práctica se ha traducido en una nada efectiva en el plano de las reivindicaciones. La CUT lleva el mismo discurso neo-corporativo por 20 años, trata de posar de reformista y ni si quiera eso le resulta. Sus direcciones están completamente cooptadas, por lo que los métodos de paro y huelga nacional, medidas y métodos históricos de la clase trabajadora, han sido guardados en el mismo cajón de los consensos. Hoy son llamados/as a paro los trabajadores/as de Chile, en medio de una crisis profunda de legitimidad de la dirección de la CUT ¿No es acaso esto más que una práctica decidida y políticamente correcta un gesto desesperado por revitalizar a un cadáver?

4) democratización y representatividad son los desafíos de la Unidad Sindical: uno de los grandes problemas en la actualidad ha sido el tema de la unidad sindical. La unidad sindical, pieza clave de la CUT desde el año 1962, donde se supone primarían los intereses de la clase trabajadora sobre los ideológicos (paradójicamente el PC levantaba el paro nacional del 61 a espaldas del presidente de la CUT, Clotario Blest) ha decaído por el mismo problema de hace 50 años: una falta de democratización interna al interior de la estructura de la CUT. Los organismos que se quejan de las estructuras autoritarias que han perdurado de la dictadura no han mostrado ninguna disponibilidad por cambiar las estructuras internas de representación al interior del movimiento sindical, replicando la misma burocracia y verticalidad que termina por alejar a las posiciones contrarias a estas lógicas de organización centralizada y autoritaria. Hasta el momento la CUT sigue un vertiginoso ritmo de descomposición y fragmentación, lo cual repercute en su dinámica de afiliación, participación y acción. En el presente debe ser un imperativo en reformular los métodos de elección en la CUT y una nueva convocatoria a elecciones.

5) los nuevos sindicalismos tienen la responsabilidad de unificarse. las nuevas formas de integración sindicales y de la clase trabajadora se vuelven cada vez más múltiple y diversos, por lo cual requieren iniciar procesos de coordinación que pongan el acento en re-pensar la unidad sindical como una necesidad objetiva de la situación actual, pero cifrándola en un nuevo debate centrado en propuestas de re-organización que vinculen una práctica más activa y comprometida con los intereses de los/as trabajadores/as que con mantener y sostener espacios inamovibles de poder burocrático. Es necesario generar redes entre las organizaciones que están enfocando sus prácticas reivindicativas con un discurso y lectura crítica de la realidad, que de paso a la acción y a la formulación de propuestas desde la misma clase trabajadora.

6) nuevas subjetividades, fragmentadas, atomizadas, pero obreras. La nueva estructura de la clase trabajadora, sentada en distintos cambios de reestructuración económica, la imposición de modelos de acumulación flexible, con la consecuente precarización y flexibilización del trabajo, sientan nuevas coordenadas para entender el mundo laboral hoy en día, y cuáles son los núcleos en los cuales la clase trabajadora está emergiendo. Los espacios de explotación se han duplicado en su diversidad, daño nacimiento a identidades precarias y sujetas constantemente a las oscilaciones flexibles de los intereses empresariales. En este segmento muchos/as trabajadores/as son abandonados por la afiliación sindical, por la negociación colectiva o por cualquier tipo de forma de articular sus demandas y necesidades en el trabajo. Este nivel de desprotección muestra también la necesidad objetiva de acercar las posiciones entre estas formas de trabajo, este tipo de trabajadores/as y una nueva práctica sindical en Chile que logre integrar en su seno esta dimensión, luchando por los derechos de afiliación y de negociación colectiva; y por la eliminación de las formas de contratación precarias y de sobreexplotación.

7) Debemos entender que los errores no solo responde a personas, sino a organizaciones y partidos políticos. El punto anterior nos lleva también a plantear que uno de los errores de la táctica corporativa que ha desarrollado la CUT ha sido el reflejo del programa político de la Concertación durante los 20 años de su gobierno. El error de maniobrar entre las aguas del neoliberalismo y sus diálogos tripartitos sin imponer una posición objetiva que consolidara la fuerza de la clase trabajadora, no es tan solo un error arbitrario de sus dirigentes, sino que detrás de ello hay fuerzas políticas que han instrumentalizado el movimiento sindical hasta la fecha, sin considerar la realidad y los intereses de la clase trabajadora. Esta es una lección que debe sacarse para el presente del movimiento sindical y obrero en Chile.

8) La refundación es necesaria como forma de generar vitalidad a un cambio social. Durante el último tiempo hemos visto como las protestas sociales se toman las calles, se comienzan a generar discusiones y debates sobre la educación, el medioambiente, la política energética, los derechos de la diversidad sexual, etc., que se va sintetizando en la idea de convocar a una Asamblea Constituyente. Hasta el momento los trabajadores parecen estar invisibles en el proceso, ya que las cúpulas marchan y participan, mientras las bases se encuentran desafiliadas de la toma de decisiones, y no se realiza una integración de los debates en una respuesta orgánica como puedo haber sido llamar a un paro nacional para el día 30 de junio de forma de presionar por el salario mínimo, la negociación colectiva, la subcontratación, etc., de demandas que vemos que son necesarias de restituir en el mundo sindical, y de sostener decididamente un proyecto político-social democratizador que no se encuentra ajeno a los conflictos sociales, y a las distintas formas de explotación que ha desarrollado el capitalismo en la actualidad.

La refundación debe ir acompañada de una nueva forma política, en cuanto a generar más lazos con los/as trabajadores/as más precarios, constituir y apoyar la formación de organizaciones ilegales que nucleen a estos sectores; fortalecer la unidad sindical desde la diversidad de formas de trabajo (y trabajadores/as) existentes, potenciar un proyecto democrático y participativo en su seno, con una visión de género que no sea tan solo fetichista y discursiva, y una visión internacional en referencia a los procesos de transnacionalización y mundialización de la economía; que potencie los espacios de formación, encuentro, recreo y ocio de la clase trabajadora desde una visión integral de la cultura; que sea capaz de dialogar horizontalmente con los actores sociales que son parte de la discriminación y explotación del neoliberalismo, de forma de generar un nuevo proyecto político social que esté arraigado en la realidad que viven hoy día la gran mayoría del pueblo y los sectores populares en Chile.

domingo, 22 de mayo de 2011

Idiotismos transversales: epistolario sobre el caso del payaso-presidente

A quienes (no) corresponda:

He estado releyendo ciertos fragmentos noticiosos (siempre tan poco oficiosos) plagados de sanguinaria crueldad contra las focas y otro de tipo de seres vivientes, en los cuales se dispone de todas las criaturas indelebles e incólumes de la naturaleza de lo social, como algo extrovertido o salido de una opera rampsódica bohemia, por medio de adjetivos calificativos como delincuentes, asesinos y ladrones.

Me ha preocupado últimamente los barítonos que se desprenden de dicha desafinada orquesta de contrapuntos y me he apresurado a encerrarme durante las últimas semanas a reflexionar especialmente sobre la estupidez y la vulgaridad humana.

Como ya lo saben, tengo la manía, un tanto absurda, legada de mis antepasados marroquíes, de beber leche con chocolate por las tardes de encierro, para acrecentar mis tertulias introspectivas, lo cual me ha dejado con un dolor palpitante en el páncreas y en ciertas células mitocondriacas, lo cual ha sido tema controvertido en la Universidad de los Dolores del Santo Hoyo de las Carmelitas, en donde me desenvuelvo en una pasantía de 6 meses, como ustedes no deben saber, como profesor de la cátedra de Estética Antropológica de las Ladillas, y donde hoy se me acusa de hipocondriaco, esquizofrénico y maloliente.

Más allá de hablar de mis problemas con la administración cada vez más burocrática y controladora de la Universidad, los he convocado a esta cita epistolar para comentarles sobre un personaje que hasta el momento ha resultado la síntesis de mis exploraciones en el campo de, lo que he llamado, humildemente, la simbología del imbécil perfecto, graficado en un personaje de la política actual que llena los espacios de prensa (sí, de la misma sanguinaria que comentaba anteriormente), con su rostro de anquilosado dinosaurio envilecido de riquezas e imprudencia cerebral. Este hombre lleva por nombre, o así se autoproclama, << presidente de la república Sebastián Piñera >>, y parece ser un fenómeno del circo de Jodorosky que ha escapado de las entrañas de su película Santa Sangre.

En mis estudios por la estética de la estupidez, me he encontrado con grandes investigaciones (1) que vinculan la desfachatada presencia corporal de este ser con una serie de elementos corrosivos para eso que llamamos sociedad de la estética armónica, y que hacen mención de una serie de deformidades que de seguro estarán dentro de su vasto conocimiento.

Por el momento quiero hacerles llegar mi inquietud de empezar a reflexionar interdisciplinariamente de este “sujeto”, que parece estar cubriendo el mapa de una ensordecida y exuberante animadversidad, debido a lo que parece ser un profundo trastorno del sueño y una dosis amplia de cocaína y golpes de martillo en la cabeza en su temprana infancia.

este un llamado abierto a comenzar de organizar un Epistolario que pueda dar frutos en reconocer e identificar las particularidades y características de esta ola de Idiotismo transversal. Estoy seguro que desde sus conocimientos en distintos campos como el del esoterismo geológico meta-astrofísico y el campo de la botánica transgénica musical integral podemos complementar nuestras reflexiones e inquietudes.

Con todo el respeto del universo, y en medio de un cólico binario, se despide

Dr. Butifarra Abramov.

(1)“De la estupidez y otros excesos: el abuso de las poleras rayadas y pantalones cortos en las playas de Hanga Roa”. Dr. Julio del Queso Suizo. Ed. La tipa cuerda (y) desconocida. colección los Clavos Sueltos. Bahia Mansa.1987; “la tragedia del cuco en la zona de La Moneda. Cambios de ropa y de calzoncillos en la vía pública”. Dr. Camilo Donte Soto. Ed. Nunca Fue. Colección Del Olvido. Lota. 1998;y obviamente el imprescindible “El descubrimiento del miedo: luchas en la oscuridad y enfrentamientos de encapuchados en los tribunales de Temuco”. Dr. Bryan Huenchequeo Vidal. Ed. Perdición. Colección Los Mamelucos. Chol-chol. 2005.

lunes, 28 de marzo de 2011

Reporte Nº1 de la Investigación Etnográfica sobre los hombres topos 1.

Por Dr. Butifarra Abramov (Doctor en Antropología Orquestal de la Universidad Betrunken Schweinsteiger, Dresden. Alemania)


Luego de dos meses de sistemática observación y trabajo de campo, junto un equipo de 15 profesionales de distintas disciplinas del área de las astrofísica, la metafísica, la antropología, arqueología, quiroprácticos, geólogos, neurólogos, magos, cirujanos plásticos, entre otros, hemos podido llegar a algunas aproximaciones base, para los objetivos comprendidos en nuestra investigación, que muestran revelaciones intensas sobre las condiciones actuales de la vida de los hombres topos:

1. Los hombres topos, desfazados (de fazo), vueltos pedazos de mitocondria, corren, o más bien reptan, por ahí apagados por la confusión que trajo una nube de aquellas que parecían extintas, pero que en su inmanencia se hizo caprichosa y extensiva. Luego de dos meses de observación se puede concluir que cada uno de estos hombres topos no sale jamás de su escondite. Olvida constantemente las cualidades de la superficie. Parece ser que se han asentado en la base de la conformidad de las profundidades reticentes a la luz. Vemos, en esta especie, que finalmente una nueva agonía en el curso de la historia. La decadencia se asienta en una mesa a tomar el té de las 5 de la tarde, llegando como huésped sospechoso, y más bien, inesperado (quizás porque siempre había estado presente en la reunión, pero no se pensaba que era un adicto a los tecitos de mierda que se servían ahí). Ya en realidad es demasiado tarde, y la falta de azúcar se ha hecho escandalosa.

2. Apropósito de escándalos, los hombres topos han multiplicado sus capacidades de asombro. El espectá-culo se ha configurado como una práctica habitual desde las profundidades del subterráneo. La espectacularidad ha sido una constante en los hombros topos, quienes dentro de los canales de la oscuridad aún sorprenden con frases compuestas, con palabras asombrosas, creatividad que seguramente es inalcanzable para otros seres, especies o habitantes de esta galaxia. Al parecer su idiotez e hipocresía ha sido recompensada, por las divinidades de la tierra, con un amplio nivel de habilidades circenses y pelotudas que utilizan con gran algarabía para dar a entender un conjunto de chorradas que se hacen imprescindibles en el ámbito del humor y la voludez.

3. A la vez, el (re)lleno de concavidades se ha vuelto tarea de los hombres topos, quienes fastidian constantemente el curso de las siembras, en su agobiante ejercicio de suplicar por chocolates tostados en algún lugar perdido en medio del caribe. Parece ser que ese romanticismo, que algunos médicos y fisioterapeutas han dicho “es la única forma de comprobar que los hombres topos tienen alma”, se ha vuelto en una suerte de tristeza, permanente y propia de un servilismo nostálgico e impermeable a la realidad. Esta es una de las características que más me ha asombrado en estos meses de observación (aunque creo que el asombro es parte de convivir con este tipo de seres por tan prolongado tiempo.

4. Los hombres topos parecen, a todo esto, tener una estructura reproductora sofísticamente perfecta. Conjeturan acerca de los beneficios de ser meta-sexuales, o sea que se encuentran al nivel de las amebas del planeta VXC1, donde cada vez es más difícil respirar por la superioridad sexual, el orgullo orgásmico y los límites de la inteligencia artificial. Los hombres topos, son muy topos para hacer/sentir lo que ellos llaman “amor” (lo cual está lejano a la existencia del alma según expertos y teócratas masturbados por la teórica multitud), ya que pretenden con esta forma post-sofisticada el alejamiento de aquellos sentimientos ilusorios (como les encanta llamarlos) limitando su sensibilidad a las noches, mañanas y tardes de masturbación en el espejo. Lo cual ha sido permitido por la santa estructura de la metástasis llamada “Iglesia de hombres topos”, la cual alberga a los interesados en vivir/morir en un mundo mejor, que queda como a 15 cuadras después del Mac Donald cruzando el Santa Isabel.

5. Hay que decir que también, en el marco de la decadencia en la mesa del té (día de observación Nº15, fecha 8 de Marzo) ciertos juegos y luchas constantes son sostenidas entre los hombres topos con los hombres cangrejos, las cuales se han vuelto batallas agobiantes y épicas en la historia de las moscas (claro). Los residuos de aquellas batallas son parte del festín de la putrefacción con la que han dejado plagados los túneles de distintas ciudades subterráneas. La muerte de civiles, si podemos hablar de ellos, a causa de actitudes gorilas y burócratas de corte estalinista, es una constante, que se presenta como la segunda causa de muerte, después del ahorcamiento por sobre-endeudamiento en casas comerciales.

Creo que seguiré relatando lo visto en nuestra etnografía sobre los hombres topos en mi siguiente informe. Un cordial saludo a los/as lectores y agradezco el financiamiento de la United Pilsen de la Esquina Association (UPEA) para la realización de esta investigación que de seguro reportará más elementos a la humanidad para la comprensión de estos enigmáticos seres.

Butifarra Abramov

1. Este estudio es financiado por la United Pilsen de la Esquina Association (UPEA). Fondo Concursable: “Cosas raras y weas extrañas”. Convocatoria 2010. Nombre del Proyecto: “Los enigmático hombres topos ¿Quiénes son?, ¿dónde van?” Abramov, Butifarra.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Anotaciones y Reflexiones en torno a la dialéctica marxista y el << conflicto social >>.

Escrito a partir del texto << Por el necesario (y demorado)retorno al marxismo >>, del profesor Atilio Borón, en el curso La teoría marxista hoy – Problemas y Perspectivas, impartido por Consejo Latinoaméricano de Ciencias Sociales (CLACSO) y el Programa Latinoamericano de Educación a distancia en Ciencias Sociales (PLED).

Primero debo agradecer al profesor Atilio Borón por su presentación, que está desarrollada con mayor profundidad en el artículo de << Por el necesario (y demorado) retorno al marxismo >> , en teoría marxista hoy problemas y perspectivas. Solo quería felicitarlo y además agradecer el tratamiento de la dialéctica que, desde su óptica, ofrece más que el imperativo metodológico tan bien esbozado y criticado por Kosik, en términos de una regencia particularista y sustancialista a la dialéctica, que nada tiene que ver con la sustancia dinámica de la cosa en sí, y menos con la dialéctica marxista, que sin caer en esencialismo idealista, hace referencias a una síntesis práctica, humanizada e histórica, de la actividad del hombre/mujer.

Para trabajar la primera clase propongo analizar y ejemplificar dialécticamente la situación (desigual) de Chile. Aún sin un gran conocimiento acabado de lo que se refiere a esta formación social, con su patrón de acumulación específico, el conjunto de particularidades, la idea sería trabajar un tema general como lo es el gobierno del << neo-derechista >> de Piñera(con al convivencia desigual de facciones en la composición heterogénea de un proyecto de clase) como fenómeno o expresión contradictoria de un conjunto de relaciones sociales marcadas por << la necesidad >> de una transformación revolucionaria, en el marco de las desigualdades, pobrezas, precarización, represión, etc., en el análisis de la totalidad concreta. Es algo en lo que me encuentro trabajando, pero creo que es imposible presentarlo como el trabajo de una semana, o de tan solo una clase, ya que reviste un análisis histórico, de la meta-estructura (Bidet), de la lucha de clases, de los dispositivos de disciplinamiento, control, etc., en la (re)constitución de una subjetividad, etc., a través de vínculos y nexos que se encuentran articulados y altamente diferenciados.

Con respecto a lo señalado en el texto sobre la “omnipresencia del conflicto social” tengo mis aprehensiones. Por una parte parece resaltarse la omnipresencia como una ley orgánica social, en la constitución de las relaciones sociales que si es usado como doxma puede desligar los análisis concretos de la realidad por una sentencia categórica e imperativa que puede imprimir de simplismo los análisis en cuestión. Por otra parte “conflicto social” parece provenir de una visión funcionalista en el área de la sociología, por lo cual no entronca con la idea de lucha de clases, sino que se presta para una arbitrariedad oportunista en cuanto a un análisis de, por ejemplo, la lucha de clases misma, en un espacio histórico determinado, como centralidad en cuanto al análisis y praxis marxista revolucionaria, decodificándola en relación a aspiraciones liberales y pequeño-burguesas (eso se ha visto en la historia del análisis de lo que llamamos " sociedad ").

En éste sentido podemos decir de que no responde a un “conflicto social” etéreo, sino que responde a las condiciones de reproducción, autocreación, en un totalidad concreta, de/por las relaciones sociales, y por lo cual, naturalizar la idea de << conflicto social >> sin plantear sus “usos” económicos en el campo de la disciplina o de las ciencias sociales, puede dejar abierta un espacio para la interpretación oportunista-liberal, que no aterriza, contextualmente, las características del mismo conflicto, con la incorporación de “nuevas” formas de exclusión, explotación, invisibilización, colonización y represión. En ello es importante darle el contenido real y semiótico de lo que se entiende como <> desde una perspectiva de la emergencia de “ nuevos actores y sujetos/as ” (“ nuevos ” desde el prisma de “Un” marxismo), y en lo que esto alimenta, retrospectivamente una crítica política y epistémica, al mismo arsenal del marxismo, desde su naturalización del conflicto sociales como “ ley ”, sin “actores” sociales.

Desde lo anteriormente señalado es que La lógica de la contradicción, entendiendo la lógica de la historia como contradictoria y sintomática, podríamos decir que la conceptualización y categorización del << conflicto social >> se instala en el espacio de la esencia y la apariencia, en el marco del análisis dialéctico. Es lo que bien explica Gadamer en su estudio sobre la lógica en Hegel, o la dirección que Kosik nos ofrece en la relación de las categorías utilizadas por Marx en el marco de El Capital, en referencia a metodológicamente sobre la falsa conciencia y comprensión real de la cosa, la contradicción presente en la reproducción de las relaciones sociales capitalistas:

Fenómeno esencia
Mundo de la apariencia mundo real
Apariencia externa del fenómeno ley del fenómeno
Existencia real núcleo interno, esencial.
Movimiento visible movimiento real interno

El carácter radical del método dialéctico es la idea sentada en la descomposición señalada en términos hegelianos en la fenomenología del espíritu. El mundo de las representaciones, los fenómenos, sus mediaciones, sus contradicciones internas, etc., que no quedan de pie, al ser articuladas a una totalidad concreta. El movimiento del pensamiento y la reflexión, la distinción, la negación como elementos que identifican alienación, cosificación y reificación presentan una muestra del poder (des)constructivo de la dialéctica y su comprensión superior de la realidad, más allá del empirismo situacionista, de los paradigmas de la super-determinación (aquí no hablamos de condicionamiento) de las partes al todo, y del todo a las partes. Su forma dinámica de entender un devenir es lo que presenta una radicalidad en entender y reflexionar sobre la historia y las relaciones sociales (y el sujeto mismo).

La conceptualización en los “ mercados lingüísticos ” ofrece una serie problematizaciones para desentrañar el contenido semántico, articulado a una expresión académica de clase (social), y su expresión en el marco de una totalidad concreta que lo conforma de sentido y de existencia. Este ejercicio de moverse en cada espacio para desfalsificar el (des)uso de categorías muestra claramente su real esencia en función con los agentes discursivos, el texto, la situación contextual y la red de (inter)comunicaciones en la formulación de discursos que objetualizan la categoría “ conflicto social ” como un elemento apropiable, asible a un espacio de referencia único (o hegemónico) que es necesario, en nuestro caso, disolver, por motivos epistémicos y políticos.

En la actualidad el marxismo libra aún la constante “ lucha interna ” (externalizada en la banalización) sobre el determinismo estructuralista y la dialéctica idealista. En el plano de estas tradiciones que se enlazan en algunas experiencias teóricas en el siglo XX y XXI, vamos viendo el inicio de una gesta que marca un camino a la (seudo)intelectualidad común y silvestre que habita los espacios de la academia, y al espectro de las organizaciones revolucionarias que requieren de elementos de concreción en análisis de la situación política, en cuanto a la correlación de fuerzas, las tendencias en la lucha de clases, los cambios en los patrones de acumulación, etc.

Luego de una ortodoxia-dogmática en el marxismo, como corriente hegemónica de “ lo que se entiende por marxismo ”, en términos generales, ofrece un panorama sombrío en el cual me hace pensar que no necesariamente estamos vacunados por la tradición (des)formativa del "marxismo-leninismo" (de arraigambre stalinista), por lo cual cada vez lo debates deben hacerse más intensos en desfalsificar categorías, en desentramar ruedos conceptuales, artilugios tautológicos y vacíos categoriales. Para ello no podemos ya dar “ todo ” por supuesto, ya que este proceso a veces tiende a la naturalización de las cosas y las relaciones sociales, lo cual hace que la reflexividad y el pensamiento (dialéctico) se encuadre en un marco determinista, estructuralista y cerrado. Es necesario instalar dispositivos reflexivo/críticos permanente, como único camino explicativo, analítico desde, (y ¿por que no?), la lógica hegeliana.

De ninguna manera y como siempre hay mucho que combatir y menos dejar algo así en el aire sin una discusión que precise claramente los conceptos a utilizar (ver lo dicho por el profesor Borón en referencia a la utilización de las palabras, el lenguaje y el idioma en Marx en referencia a la contradicción entre determinación y condicionamiento). Ahora el concepto de reificación no sé si calza aquí, creo que si hay un oscurantismo y una obnubilación ideológica, a partir de un discurso hegemónico que impera en las ciencias sociales, lo cual más bien implicaría una cosificación de la contradicción (como, por ejemplo, el rol de la institucionalidad e institucionalización del “ conflicto social ”). Pero ¿qué es necesario para cosificar el antagonismo de clase? Una invisibilización y una suplantación parece ser más apropiada, y para ello el conflicto social, desde su emergencia y contingencia, la cual parece ser categorizada o descrita constantemente como “ altamente compleja ”, muestra las huellas de una serie de cambios políticos e históricos que han echo de ciertos debates que representaban un ejercicio irruptivo y subversivo en su momento (y en su espacio), el convertirse en apéndices integrales de la cosificación de las relaciones sociales por el paradigma dominante al interior de las ciencias sociales y del discurso político de la clase dominante.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una Sirena suelta. Manual de la Advertencias y la Sugerente sugerencia. Pimera Parte. La democracia y la democratización.

Las preocupaciones, cuando responden a colectivos organizados de personas, siempre responden a problemas intrínsicos en puntos nodales de la organización, desarrollo y reproducción de una serie de relaciones sociales, limitadas en el marco de contextos (histórico, culturales, psicológicos, etc.) que responde a un cadena con eslabones de difícil des-unión.

Llegar a plantear temas específicos se hace evidentemente complejo sin atravesar miradas al “encadenamiento (subjetivo-objetivo)” de una serie de elementos y relaciones, que conforman una significación simbólica de lo social. Aquí nos encontramos con la misma diatriba, y parece ser una primera advertencia: << Cualquier análisis, propuesta, sugerencia y problematización, debe considerar la articulación de las relaciones en los espacios objetivos objetivados de las relaciones sociales, como los espacios de capacidad estructurante estructurados, conservando una aproximación dialéctica y dinámica en el movimiento del devenir entre el sujeto-sujeto, el sujeto-objeto y el objeto-sujeto >>. Esto que suena a un enredo hegeliano es más bien una clásica cita de los marxistas que implica no perder el movimiento de conjunto de la articulación de “lo particular” (de nuestra demanda, propuesta, etc.) en su relación con un orden de “la totalidad social” (considerando su diferenciación y complejidad de articulación interna).

Esta es un noción que será la base de nuestra contribución a la propuesta presentada por algunos/as compañeros/as de la carrera de sociología de Universidad de la Frontera, y a la cual hemos sido invitados, entre otros exalumnos, a reflexionar acerca de la nueva situación en la carrera, y un conjunto de problematizaciones realizadas en un documento titulado: Propuesta de mejoramiento de la carrera de sociología UFRO, el cual representa distintos intereses, observaciones, criticas, reflexiones, extraídas de una búsqueda loable por acercarse cada vez más a una excelencia intelectual en el plano de las discusiones al interior de la disciplina y su intención de desarrollarlas en el contexto de la misma Universidad.

Al abordar este tema caemos en el riesgo, ese del que tanto se habla, se escribe y nunca lo asumimos como una condición ontológica, de ser vociferados desde las tribunas de las personalidades cínicas, irónicas y escépticas, que miran estos temas como “problemillas estudiantiles” y luego se refugian en grandes macro-teorías sociales para encontrar el decadente sentido de sus aburridas vidas en la narcisista masturbación académica. Debo reconocer que es un riesgo que disfruto.

Llamamos a la Sirena, la encargada en la mitología de transferir un llamado de advertencia, y a la vez de la seducción insoportable que hago patente aquí, para también destacar que esta es solo una humilde contribución, por lo cual no es necesario confundirse con estos cantos para no terminar atado al mástil, como Ulises, para poder escuchar (leer) este texto, ni caer en una falsa desesperación e inmovilización, sino que todo lo contrario: es necesario escuchar, reflexionar y obtener una nueva evidencia de la situación, para alcanzar un visión hermenéutica de los problemas, que nos permita actuar con discreción, asertividad y decisión.

Democratización. ¿Para qué y por qué?

Me propuse contribuir con sugerencias y advertencias este artículo, pero es difícil decir << cuidado con la democracia >> como advertencia fascista o sin un aire totalitario, del cual hemos estado acostumbrados a analizar y observar en el transcurso del siglo XX, y bueno los proyectos llamados “proto-fascistas” del Siglo XXI. Sin embargo es necesario también decir algo muy importante para no caer en ese << vacío >> de sentido, que era la misma fuerza del fascismo, explorando y adentrándose en lo que es la democratización.

¿Primero debemos señalar qué es la democracia? Un poco sí. Es necesario adentrarse en el mundo de las representaciones y del orden simbólico, en referencia al espectro de la ideología y su sentido “inmanente”. Antes de comenzar a hablar sobre “La democratización” es necesario centrarse en el espacio en que el cinismo (y no un Kinismo como la expresión popular crítica y de resistencia señalada por Zizek) se apodera del absorto mundo del conformismo y la cínica apatía de quienes profesan críticas liberales contra el gobierno, contra el Estado, el capitalismo, etc., pero no piensan en términos prácticos por generar las mismas en el desarrollo de los espacios concretos en los cuales habitan (“ya que la cotidianidad es el libro que todos podemos leer”, en el decir del gran sociólogo Guerrillerokulto), en donde tenemos encallados grandes focos de micro-fascismo (en el decir de Deleuze y Guattari).

La democracia es un elemento que no posee un significante puro, sino que está mediado por el error, la repetición, el campo de lo ideológico, un orden simbólico, donde la “hegemonía ideológica” cobra mayor profundidad ¿acaso es la misma democracia a la que hace mención el discurso liberal individualista a la “democracia real” socialista de la URSS stalinista? Claramente no. El problema es aquí no cual es mejor, porque esa no es parte de la discusión, el tema es la advertencia número 2: << Cada contenido debe en el futuro, resignificando el pasado y el presente, clarificar la significación de la democracia, sino se cae, por una parte, en un profundo oportunismo y, por otra, en una completa secularización dialógica ad infinitum >>. Hay nociones prácticas que deben ser parte de una discusión integrada integral en su contenido y forma, pero por otro lado hay un límite objetivo que debemos señalar categóricamente: La democratización rompe con las formas de poder y organización anteriores, por lo tanto, quienes dominan, “deben tener” la disposición a dialogar (¿?) o profusamente se conformarán con el cinismo de siempre al no ver esa significación de la democratización como un complejo argumento racionalizado (como les tocó hacerlo a la burguesía francesa en 1789, como le tocó hacerlo al partido de la vanguardia obrera en Rusia, como lo hizo la concertación con su modelo de transición democrática, etc., y en términos más “concretos” los/as estudiantes del Manifiesto de Córdoba en 1918, o los/as estudiantes de la democratización de los años 60’ en Chile; o las votaciones en la Universidad de Buenos Aires en 2005 en la elección del director de carrera). Todas difieren en su contenido (por la significación ideológica), pero todas responden a un ordenamiento preformativo de lo social: un proyecto.

En esa misma dirección habría que considerar que la democracia es más que una acción declarativa o una performance (si quiera en el sentido que creo pensamos darle). Considerando el escenario actual y los actores activos en la carrera, uno podría suponer (de buena fe e intuitivamente más que aparentemente por principios políticos concretos) que existiría una tendencia a la democratización. ¿se ha abierto un acontecimiento qué nos hace pensar que la democratización de la carrera será una posibilidad concreta? No lo sé. Dentro de mi distancia (física principalmente) no puedo leer bien la situación. La verdad es que aparece más como un imperativo categórico en términos kantianos, que rompe con esa lógica de Descartes y su cinismo para sobrevivir en la “moral provisional” cartesiana, donde el poder debe ser respetado, aceptado y obedecido junto con sus normas para obtener la autonomía del pensar y la reflexión teórica libre. Aunque por otro lado, esta “moral provisional” cartesiana, parece ser hegemónica en el absoluto << vacío >> ideológico.

Por ello la tercera advertencia número 3 se centra en: << Saber distinguir de las percepciones intuitivas emocionales afectivas, en un análisis contra-intuitivo, basado en la relación específica concreta establecida con los actores de la carrera de forma de entender si el diálogo es un fetiche (en sí mismo) o una verdadera condición de posibilidad específica de cambio >>. El no cegarse por las luces de la verborrea teórica, que siendo teórica, no implica una práctica real de parte de los discursos intelectuales/academicistas, posibilita hacer una distinción que confiere de realidad las características del proyecto a desarrollar. Por ello allí se juegan métodos, medios y fines ¿Qué quiero decir con esto? Que solo a partir de caracterizar la situación, de relacionarse con-inter los actores, de acuerdo a la noción del proyecto de democracia y democratización (que en el documento Propuesta se lee “Elección dirección de carrera, acreditación de la carrera, contratación de docentes, mecanismos de control de las decisiones y prácticas político/administrativas, financiamiento, etc".) se podrá dar una configuración específica a una línea política-metódica de trabajo, en la cual el pensamiento crítico social, y las llamadas armas de la crítica por Marx, encuentren una expresión de consolidación en los espacios de organización de la carrera.

Aún así, es necesario hacer una cuarta advertencia con respecto a esta metodología: << No es posible evidenciar un proceso de democratización, y luego esconder la mano de la piedra en el plano metodológico >>. En el proyecto que han diseñado muestran una serie de pasos a seguir como recomendaciones/propuestas/actividades para abordar las temáticas que han descrito anteriormente. En el caso de actividades vinculadas a los objetivos o sub-temas no se observa un tratamiento práctico de la democratización, ya que no hay una referencia ni siquiera discursiva en alguna de las actividades al tema de la democracia. Esto mismo le quita mucho poder convocante y seriedad a la tematización, y deja la democratización reducida a “otros niveles” que, teniendo una importancia estratégica del mismo nivel, pasan a ser hegemonizados, mientras lo referente al tema de las autoridades se invisibiliza, y queda en lo etéreo, y trasladado al marco de la auto-censura, lo cual, a la vez, como gesto, nos puede dar más claridad con respecto a las expectativas creadas y generadas (en términos de lo enunciado y lo no, en un contexto como la carrera). Pero no entraremos en este espacio de presunciones y supuestos, sino que solo diremos que la democracia es un espectro que atraviesa la propuesta metodológica (en cada actividad hay una metodología participativa, etc.), pero se diluye como expresión política al no conservar la problematización del poder como tema.

Lo importante es que este proyecto de democratización sea democrático ¿paradójico luego de lo que hemos dicho anteriormente sobre la significación de la democracia? Claro, pero también es necesario recordar que hay una base desde la cual enunciamos, y donde Laclau podría argumentar, contrariamente, que nada es democrático propiamente tal, sino existe solo como “democracia radical”. Lo que prácticamente dibujamos aquí como necesario es la relación democracia-mejor(amiento) de la carrera que discurra no tan sólo en un imperativo absoluto ideal de la democracia (como fetiche), sino que responda en términos prácticos a una orientación específica que pretende (o contribuye a) resolver problemas organizacionales (claros y concretos) en su vinculación con una fórmula democrática. La advertencia en éste caso, la número cinco, es << No sacralizar el nombre de la democracia, sin que opere su demanda desde una situación específica concreta a la cual de respuesta, más allá del plano de la ideas >>. Para ello es necesario generar/conocer claramente un diagnóstico de la carrera que de cuenta estos problemas y se (des)potencie el “poder democrático” (en su forma y contenido) de modo de resolverlos. Esto es lo que consideramos importantísimo y que está tematizado en la identificación de problemáticas sectoriales y comunes, pero que olvida la advertencia número 1. El nivel de confluencia y conversación se hace necesario en esta dirección, sino tendremos una tecnocracia o a un nuevo gremialismo, y no una democratización, sino un paradigma de la eficiencia organizacional (con sociólogos organizacionales) haciendo una consultoría a la misma carrera (ya en el plano del absurdo) des-codificando “lo político”.

Sugerencias y fin del rompecabezas


Para ello es necesario no olvidarse de los espacios bases de donde nacen los diagnósticos que implican la resolución de problemas en términos políticos: los mismos actores. Por ello la última advertencia en ésta temática, la número seis, se convierte en sugerencia, y es que << un proyecto orientado a la democratización de la carrera debe contar con la carrera >>, y esto en términos activos, dinámicos, de solidaridad y organicidad, como en el plano de las disposiciones políticas, los compromisos, las acciones, etc., a desarrollar en pos de una democratización en el plano político (específicamente), sienta las reconversiones entre un diálogo (violento simbólicamente) y/o la violencia (dialógicamente violenta en la realidad).

La sugerencia podría acabar en el inmovilismo si considera las anteriores advertencias de forma normativa. Las advertencias han sido inscritas en base a dar cuenta y entrar en la “idea tras la idea” de democracia. En ello, llevándola a sus límites objetivos de realización en la carrera, entenderemos, en ese marco de disposiciones, la forma concreta en que la democracia se expresará, se consolidará o morirá en medio de una correlación de fuerzas homeostática.

Así es como en términos de fortalecer un proyecto democrático (en términos metodológicos, pero no cronológicos), se debe:
1. considerar la organización por estamentos entendiendo que distintos puntos de vista, interés, necesidades, etc., pueden provenir a partir de esa diferencia en el espacio de la carrera. Con ello se incentiva la base de una discusión con respecto a las expectativas organizativas de parte de los actores. La idea es la ruptura de la segunda advertencia.
2. Se debe evitar “patear” el tema a un “vacío comunicativo”, en donde nadie esté realmente interesado (aunque se diga que sí para mantener calmado a los estudiantes, para validarse personal/intelectualmente, etc.) o a un eterno re-volver a los mismos temas y al inicio de la discusión con la forma clásica del Letargo. La idea aquí es saber con quien se cuenta y con quien no, ya que en términos reales es lo imperativamente necesario para emprender este proceso. Por lo tanto se trata la ruptura de la tercera advertencia, que nos permite alejarnos de lo emotivo para centrarnos en la correlación de fuerzas reales (y de ahí disponer a desarrollar una táctica, lo que bien habría dicho Lenin, como político de la coyuntura).
3. con ello se debe volver complementaria la necesidad de que cada estamento comience a sumarse a procesos de discusión, talleres de conversación de la situación de la carrera en donde participen todos los estamentos (integrada integral). Donde la participación se amplia, no se cierre a comisiones y delegados, sino que se impulse hacia la ampliación de la temática al interior de la carrera y, por que no, hacia “el exterior” (demás carreras, universidad, el famoso “más allá de la universidad también está-el/hay-un mundo”).
4. Tras la lógica de democratización, se hace necesaria una interpelación a las decisiones, organización, etc., de la carrera, tanto en su forma como en su contenido. Para ello es necesario conocer y transparentar cuales han sido estas desde la última Dirección, con la elaboración de un informe que deje claro cuales son las atribuciones que el Director posee en la Carrera, como han sido los procesos de decisión, quienes han participado de votaciones, etc. Descubrir la caja negra y visibilizar ese círculo anti-democrático, sus expresiones, ramificaciones, intereses y (sin) razones es aquí el tema. Esto es central, aquí puede estar la base concreta al origen de la demanda, más allá de lo ético.
5. A partir de este documento es posible comenzar una discusión desde la realidad. Tendremos decisiones concretas que de seguro tendrán sus pros y contras, pero que incentivarán el debate, y el ejercicio político de pensar una nueva organización de carrera. Esto puede servir, entre otras muchas otras iniciativas, a desprenderse de los costos políticos señalados en la advertencia número cinco.
6. Lo principal es que “se crean el cuento”. Es sumamente importante el hecho de que se comience a articular ese proyecto de democratización entre los estudiantes, pero con un convencimiento que solo debe dar una contundente fundamentación, y permita impulsar esta lucha al interior de la carrera. No es cosa de esconderse entre citas rimbombantes o de palabras consensuales pos-ideológicas. Los proyectos de democratización son políticos, y los resultados son políticos, como los conflictos son políticos cuando se trata del poder. Consideren eso a partir de la cuarta advertencia.

He tratado de, con estos últimos puntos, acercar el enorme rompe-cabezas que cree del problema a la situación, y de la situación al problema. He propuesto algunas orientaciones que pueden ser acompañadas de muchas más (o simplemente pueden ser dejadas de lado) en función de que constantemente el rompecabezas de la situación siga una velocidad dinámica en construcción.

El rompecabezas sigue siendo la figura que debe intrigarnos como forma de resolver y entender la realidad de nuestro problema político particular (el de la democratización), ya que desde la fragmentación de un todo, en partes que sinfónicamente acoplables, interrelacionadas en la figura diferenciada de una gran imagen y una gran escena, permanecen aisladas, sin dar forma a una organicidad solidaria en la lucha social.

Aquí es donde tendremos el trabajo político (ya no podemos negar “lo político” o “la política” sin “hacer política”), incansable, metódico, paciente y riguroso, para alcanzar nuevas formas de articulación en la protesta, en las resistencias, en las subversiones, etc., que en un << parto social-histórico >>, comiencen a dar luz a un proyecto unitario de estas fuerzas sociales, políticas, culturales, etc., por una transformación social revolucionaria. Siendo así la pregunta lógica: ¿y por qué no?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Huelga de Hambre Mapuche. Continuando el goce del Síntoma de Estado o el Estado no para de gozar!!

Reflexionando nuevamente sobre las bases del poder de estado y sobre la situación política que encontramos en Chile, con la huelga de hambre de los presos políticos mapuches que alcanza ya 75 días, he llegado a encontrarme con un nuevo tema que puede ser la continuación de nuestro anterior ensayo (presentado en esta misma página) sobre el síntoma de estado que, en resumidas cuentas, es la imposibilidad estructural que posee el estado capitalista para acabar con la ley antiterrorista debido a la propia conformación del terror de estado.

Hoy nos acercamos a tres ensayos importantes: a) Slavoj Zizek. Kant y Sade: la pareja perfecta, b) el seminario sobre la ética del psicoanálisis de Lacan, y c) El Fascismo de Ernest Mandel. Sus lecturas combinadas nos traen a colación y entroncan perfectamente con las proposiciones del estado chileno, en cuanto a una << ley kantiana como agenda superyoica que sádicamente goza el bloqueo del sujeto, su incapacidad para acercarse a sus demandas inexorables >>, siendo este elemento, “La Ley kantiana”, nuestro objeto de reflexión en base a la política de estado en términos de un significante (S) que atraviesa (S(O) el orden simbólico: democracia y terror, en el marco del desarrollo de las contradicciones de las relaciones sociales capitalistas.

1. reflexión sobre el imperativo del estado en relación a la ley antiterrorista. El estado asume como fuerza objetiva necesaria el “castigar” conductas que obedecen a materia del “orden público”. Esta agenda de la autoridad de establecerse como “el” referente fálico del poder en la organización política de la sociedad, trae consigo que cualquier gesto político de subversión, es decir de “debilitamiento” de esta autoridad superyoica se transforme en una problemática social. El bloqueo del sujeto, podemos aquí atribuirlo a la tendencia política a reprimir, suprimir, etc., los movimientos políticos sociales que van en contra el poder del estado y, por lo tanto, no se hacen parte de el imperativo superyoico de esta ley kantiana, sino que aplican otros significantes determinantes (“comunismo”, “anarquismo”, “autonomismo”, etc.) para significar lo social, desde una distinta “condición de clase”, o más bien, como diría Bourdieu, por la ocupación de un distinto lugar en el espacio social, cultural, simbólico y económico, guiado por una tradición, una historia, una memoria, una experiencia práctica y una interpretación significante de la realidad.
El asumir el mandato superyoico significa aquí quedar facultado para velar por “la nación”, “el pueblo”, etc., en materia de seguridad, bienestar, etc. Esa misma condición hace que el estado obtenga, desde la Ley moral, la cual es una << orden impersonal que no “viene de ninguna parte”, es decir, es finalmente auto-postulada, autónomamente asumida por el sujeto >>, en este caso el estado, el cual lo asume como una “atribución legítima(da)” para ejercer dolor, en función de un “bienestar mayor”. Esto pasa, como anteriormente, por un significante dominante, el cual en éste caso viene a ser el famoso “estado de derecho”.

2. el sadismo como la subversión, la contra cara reflejada del imperativo: el sadismo como el deber de estado. El sadismo ético ya se comienza a justificar como elemento racional. El estado asume que la muerte es inminente, y con ello abre la antesala del goce y de su síntoma, como expresión concreta de su “deber del verdugo constitucionalista”. El asesinato político entra en la escena de “lo correcto” en el marco del “Estado de derecho”, siendo la triada, y el significante dominante, el que se impone en la conformación de la anamorfosis ideológica que de cierta forma (auto) exculpa el goce del Estado, y convierte su sadismo en un superyó (“el hacer lo correcto”). Todo ello mientras se desarrolla “lo que Lacan llamo la fantasía sadeana fundamental: la fantasía de otro, el cuerpo etéreo de la víctima, qué puede torturarse indefinidamente y no obstante mágicamente retener su belleza” (Zizek). La pregunta es después de 75 días de Huelga de Hambre ¿Hasta cuándo será posible sostener el cuerpo de la víctima antes de que se convierta en cádaver? La pretensión del estado en su legitimidad biopolítica en proveer las condiciones de supervivencia para los presos políticos (Foucault) se ve sofocada por ésta placer sádico superyocio que le impulsa “justamente” (<< ellos no quieren dialogar, nosotros sí >>) a dejarlos morir. Aún así la muerte sería la falla fatal del estado ¿cómo sublimarla de la vida pública cuando ya “todos sabemos” que pasa? ¿Cómo podrá vivir la “máquina” de estado está neurosis de angustia (Freud)? En términos políticos ¿qué sucede con esa anamorfosis ideológica? ¿tendremos un ataque histérico de totalitarismo o un debilitamiento como el que hoy pretende evitar esa red de significantes llamada “estado de derecho”?

3. debilitamiento de la autoridad fálica del estado. La figura paterna autoritaria del estado se ve presionada por esta subversión de otro que no se significa en el Otro. Eso abre el espacio de la Fantasía, para preguntarse ¿qué quieren ellos de mí en realidad? En el petitorio de los presos en huelga está muy claro. 4 puntos, ya explicitados en todas las dimensiones comunicativas existentes: 1: desmilitarización. 2. fin al doble procesamiento. 3. no aplicación de la ley antiterrorista, y 4. Fin de los testigos encubiertos (con capucha). Pero no termina de desarrollarse esta idea de “debilitamiento” (expuesta como teoría política de estado por el “brillante” Gustavo Hasbún), que expresa el miedo en la fantasía sobre el deseo del otro. Lo que obviamente está aquí en cuestionamiento es el poder falocéntrico del estado en su aplicación de lo justo/injusto, bien/mal, pero a la vez una prolongación fantasmática de la lucha política entre el estado y el pueblo mapuche (o cualquier agente o actor social que tenga un pensamiento, ideología, etc. distinta a la de “papi-estado”). La autoridad y el autoritarismo del estado se vuelven las discusiones claves a seguir para entender a futuro (y en pasado) la lógica de las próximas protestas, en la comunicación desde los movimientos y las clases sociales, con el estado.
Lo que el estado no alcanza a ver es que su debilidad está siendo alcanzada a cada día, hora y minuto que los presos siguen en huelga de hambre. En ese sentido es necesario hacer la distinción entre estado y gobierno, que en términos prácticos se diluye (no en términos postmodernos, repito prácticos) constantemente. Cada vez el gobierno pierde legitimidad. Aún no hay bandas fascistas que reivindiquen la política del estado referente a los Presos Políticos (de hecho comentarios racistas de proto-intelectualillos han sido duramente criticados por una sociedad civil activa). Pero, aunque no podemos medir los elementos de un micro-fascismo que opera constantemente, la situación demarca una solidaridad y legitimidad civil-social a las demandas de los PP que hacen que sea muy difícil que el gobierno no sienta el impacto político del hecho. Ahora ¿qué hay del estado? El estado chileno consolidará su rol histórico de un poder autoritario-totalitario, ya que está cuestionado su legado neo-colonial, bélico, racista y capitalista. Lo cual en términos “democráticos burgueses formales”, lo debilitará.

4. el caso ejemplificador de la discusión es la guerra contra el terrorismo: el estado protege a la humanidad destruyéndola. Hablaba en el ensayo anterior sobre el “fetiche de la vida”. Ahora veremos una dimensión contradictoria ya analizada en la lógica sádica de la guerra y en el concepto de seguridad. La misma lógica se ha dado en la guerra imperialista de EEUU “contra el terrorismo islámico”. Allí ha estado presente la idea de suprimir las libertades civiles (democráticas) por proteger la “democracia” (la ley patriótica); suprimir la dignidad humana (por la tortura) por proteger la vida humana (de actos terroristas). Esta misma relación contradictoria en el plano del castigo y del orden se contrapone aquí. La idea del debilitamiento se encamina en la misma senda: si el estado es débil no puede proteger a “la ciudadanía”. Esto resulta de una atrocidad cínica repugnable ¿no ha sido acaso este mismo modelo económico, cultural, social, etc., el que ha moldeado las relaciones sociales a partir del mercado, y en donde el estado cada vez es más débil (o se ha exculpado como “el débil”) para intervenir en la precarización, exclusión, explotación, discriminación, etc., de sectores cada vez más amplios de la población? ¿No es acaso una ironía el presentar a la opinión pública el orden público como más importante que el bienestar público, tratando de sentar las bases de un “argumento político-histórico”? ¿No encontramos nuevamente ahí el síntoma del estado capitalista operando? No es casualidad que hoy salga el Director del BBVA (el banco más importante en capitales en Chile) en el diario financiero diciendo que Chile será un país desarrollado de dos a tres años.

5. la mesa de diálogo y el monólogo esquizofrénico del estado. Cuando en al artículo anterior señalábamos que las declaraciones de “buenas intenciones” se sucederían, no pensábamos que se sucederían con tanta lentitud en términos prácticos. El hecho es que el sadismo ha sido llevado hoy, en reafirmar esa ley kantiana, de la cual hemos hablado en términos superyoicos con el “fetiche de la vida”, a “proponer” una mesa de diálogo en términos en que el diálogo no existe y no exista. Hoy se han reunido las fuerzas de estado, como esfuerzo neurótico e histérico, de alcanzar esta contradictoria situación de hacer vivir-dejar morir (Foucault), en donde el poder del estado biopolítico pretende una regulación de la vida, una inclinación, la educación y administración de lo viviente. Ello da por resultado dos situaciones:
a) el estado termina hablando sólo. El impone su ética sádica, sabiendo que su mismo sadismo ha conducido a la situación. No es paradojal, sino bastante lógico, pero políticamente estúpido. El estado pretende sentarse sólo, o junto a quienes hablan en los mismos términos simbólicos del otro (mapuche) que en los niveles que ellos están dispuestos a significar (“el estado de derecho”). Es decir el estado se sienta a masturbarse mientras el mundo lo observa (apropósito del viajecito a la asamblea de las Naciones Unidas y las declaraciones de amnistía Internacional, las agrupaciones internacionales de solidaridad, etc.).
b) Nuevamente el control biopolítico (el “poder sobre la vida”) se ve mediado por un autoritarismo fálico del estado, que no quiere perder su corona, ni debilitarse/desaparecer, por lo que ejerce la misma violencia simbólica en determinar las condiciones de diálogo, y al mismo tiempo imponerlas como las condiciones de posibilidad de solución. Es decir, el dialogo tiene como objetivo, no tan solo un voladero de luces, sino la anulación de la protesta, la anulación de una subversión, una anulación del sujeto, su bloqueo, la eliminación del “riesgo”.

Lo que hoy se espera y que finalmente es la síntesis de estas contradicciones, es el ataque histérico y violento de parte del estado, ejerciendo su poder de control de la vida por medio de la alimentación forzada. Empezará una disputa entre “Papi-estado”, el juez sádico ético, y la ética política emancipadora de quien nunca se ha considerado un hijo, y hoy subvierte la autoridad del estado. La psiquiatría y la medicina, formas de poder que se ejercerán para una alimentación forzada, acompañada de discursos de normalización y de un poder judicial (La Ley) que nuevamente intentará reforzar el control del estado, estarán en la palestra ante la absoluta inmutabilidad del estado de dar a torcer su “brazo de hierro” en el poder. Es decir, en monólogo del estado: << como no tengo voluntad política para resolver el problema de la huelga, controlo al huelguista que no se muera, o sea, asunto arreglado >>. Se ejerce un nuevo poder. No faltarán los mismos argumentos legales para decir sí o no a la acción, mientras << lo político >> se mediatiza.

Hoy, el estado, literalmente, no para de gozar, y necesita el dolor del otro para saber que “puede gozar”, y que podrá seguir haciéndolo. Hoy a 75 días de huelga, dadas las condiciones de la salud de los 35 PP, los siglos de lucha del pueblo mapuche y la actitud histórica del estado chileno hacia este último, hacen cada vez más necesario una salida que elimine el síntoma de estado. Ello involucra pensar y reflexionar (y actuar) en la base de que existe una lucha política de por medio, y que hoy se desnuda la fractura de un tipo histórico de estado, y que va más allá de la misma coyuntura huelga, con la que la “sociedad civil” hiper-tolerante y “democrática” se ha envilecido, aún así, dando un paso importante, pero a ciegas en la oscuridad de la práctica ideologizante del fetiche democrático.

No se tratar de desmerecer el tremendo trabajo de organización, solidaridad, acción, etc., que significan las miles de protestas y manifestaciones que responden orgánicamente a un problema tácito, específico y concreto (y que obviamente está articulado con el mismo modo de protesta pacífico que han resuelto los PP y sus organizaciones), sería bastante estúpido de mi parte “criticar” la fuerza del propio movimiento con el cual me identifico, sino que yendo al plano de lo que llamamos el << fetiche de la democracia >>, parece haber un desafío infranqueable que asumir, en donde debemos dar un salto al significado de un estado que con SU democracia aterroriza, y vive aterrorizada por el temor y el miedo a la subversión, a la resistencia, la rebelión y a la insurrección. Una “democracia” ligada a las fuerzas del capital, imponiendo la coacción a los proyectos y organizaciones políticas que apuestan por un cambio social radical/real con respecto a la propiedad y sus formas de conservar el poder hegemónico discursivo del orden simbólico (sino debemos recordar la frase clave de Hasbún en CNN Chile: << en Chile esta ley (antiterrorista) ha dado resultado para que no emerjan grupos ultras como si ha sido el caso en otros países latinoamericanos >>).

Por eso, entre otras tantas cosas, seguimos como estamos, somos quienes somos, y vamos como vamos. Y por ello, el desafío es hilvanar y articular el trasfondo de este síntoma que es propiamente autoritario y capitalista, de forma de entender nuestro (digo nuestro, pues entiendo hay un Nosotros) proyecto político de sociedad, para no caer en totalitarismos y desgracias trágicas como en el pasado a re-significar.